يَوۡمَ نَحۡشُرُ ٱلۡمُتَّقِينَ إِلَى ٱلرَّحۡمَٰنِ وَفۡدٗا
Ese día (el Día de la Resurrección) reuniremos a los piadosos ante el Clemente, como si fueran una delegación (distinguida);
وَنَسُوقُ ٱلۡمُجۡرِمِينَ إِلَىٰ جَهَنَّمَ وِرۡدٗا
y conduciremos a los pecadores que rechazaban la verdad hacia el Infierno, sedientos.
لَّا يَمۡلِكُونَ ٱلشَّفَٰعَةَ إِلَّا مَنِ ٱتَّخَذَ عِندَ ٱلرَّحۡمَٰنِ عَهۡدٗا
Solo obtendrán la intercesión aquellos[1] que reciban el permiso del Clemente.
1- Solo la obtendrán los creyentes que testifiquen que no existe ninguna divinidad verdadera que merezca ser adorada excepto Al-lah.
وَقَالُواْ ٱتَّخَذَ ٱلرَّحۡمَٰنُ وَلَدٗا
Y dicen (algunos): “El Clemente ha tomado para Sí un hijo”.
لَّقَدۡ جِئۡتُمۡ شَيۡـًٔا إِدّٗا
En verdad, han dicho algo gravísimo.
تَكَادُ ٱلسَّمَٰوَٰتُ يَتَفَطَّرۡنَ مِنۡهُ وَتَنشَقُّ ٱلۡأَرۡضُ وَتَخِرُّ ٱلۡجِبَالُ هَدًّا
A punto han estado los cielos de rasgarse, la tierra de abrirse y las montañas de derrumbarse
أَن دَعَوۡاْ لِلرَّحۡمَٰنِ وَلَدٗا
por atribuirle un hijo al Clemente,
وَمَا يَنۢبَغِي لِلرَّحۡمَٰنِ أَن يَتَّخِذَ وَلَدًا
cuando no es propio (de Su grandeza) tomar un hijo para Sí.
إِن كُلُّ مَن فِي ٱلسَّمَٰوَٰتِ وَٱلۡأَرۡضِ إِلَّآ ءَاتِي ٱلرَّحۡمَٰنِ عَبۡدٗا
Todos los que se encuentran en los cielos (los ángeles) y en la tierra (los hombres y los yinn) comparecerán ante el Clemente como siervos[1] Suyos.
1- Los ángeles, los hombres y los yinn, así como todo lo que existe en el universo, son parte de la creación de Al-lah y no merecen ser adorados, sino que deben someterse a su Creador, Al-lah, Quien es el único que merece nuestro culto, nuestras alabanzas y nuestra devoción.
لَّقَدۡ أَحۡصَىٰهُمۡ وَعَدَّهُمۡ عَدّٗا
Y, ciertamente, Él conoce a cada uno de ellos y lleva la cuenta de todos.
وَكُلُّهُمۡ ءَاتِيهِ يَوۡمَ ٱلۡقِيَٰمَةِ فَرۡدًا
Y todos se presentarán ante Él el Día de la Resurrección solos (sin riquezas ni hijos que los apoyen).
إِنَّ ٱلَّذِينَ ءَامَنُواْ وَعَمِلُواْ ٱلصَّـٰلِحَٰتِ سَيَجۡعَلُ لَهُمُ ٱلرَّحۡمَٰنُ وُدّٗا
Ciertamente, el Clemente depositará amor en (los corazones de) quienes crean y actúen rectamente[1].
1- Al-lah los amará y hará que los ángeles también los amen, a la vez que los creyentes sentirán entre ellos un gran aprecio.
فَإِنَّمَا يَسَّرۡنَٰهُ بِلِسَانِكَ لِتُبَشِّرَ بِهِ ٱلۡمُتَّقِينَ وَتُنذِرَ بِهِۦ قَوۡمٗا لُّدّٗا
Y te lo hemos facilitado (el Corán) en tu propia lengua para que, mediante él, anuncies buenas noticias a los piadosos y adviertas a un pueblo que se ha desviado de la verdad.
وَكَمۡ أَهۡلَكۡنَا قَبۡلَهُم مِّن قَرۡنٍ هَلۡ تُحِسُّ مِنۡهُم مِّنۡ أَحَدٍ أَوۡ تَسۡمَعُ لَهُمۡ رِكۡزَۢا
¡Y cuántas generaciones destruimos antes de ellos! ¿Acaso puedes encontrar a un solo individuo de ellos u oír el más mínimo murmullo de su parte?[1]
1- Al-lah se dirige al Profeta —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz— y le dice que del mismo modo que aquellas comunidades pasadas que negaron la verdad fueron exterminadas por completo, puede serlo su propio pueblo.
طه
Ta. Ha[1].
1- Estas son dos letras del alfabeto árabe (ver la nota de la primera aleya de la sura 2).
مَآ أَنزَلۡنَا عَلَيۡكَ ٱلۡقُرۡءَانَ لِتَشۡقَىٰٓ
No te hemos revelado el Corán (¡oh, Muhammad!) para que te angusties,
إِلَّا تَذۡكِرَةٗ لِّمَن يَخۡشَىٰ
sino que es una exhortación para quienes temen (a Al-lah).
تَنزِيلٗا مِّمَّنۡ خَلَقَ ٱلۡأَرۡضَ وَٱلسَّمَٰوَٰتِ ٱلۡعُلَى
Y proviene de Quien creó la tierra y los altos cielos.
ٱلرَّحۡمَٰنُ عَلَى ٱلۡعَرۡشِ ٱسۡتَوَىٰ
(Él es) el Clemente y está establecido sobre el Trono[1].
1- Ver la nota de la aleya 54 de la sura 7.
لَهُۥ مَا فِي ٱلسَّمَٰوَٰتِ وَمَا فِي ٱلۡأَرۡضِ وَمَا بَيۡنَهُمَا وَمَا تَحۡتَ ٱلثَّرَىٰ
A Él pertenece cuanto hay en los cielos y en la tierra, lo que existe entre ellos y lo que hay bajo la tierra húmeda.
وَإِن تَجۡهَرۡ بِٱلۡقَوۡلِ فَإِنَّهُۥ يَعۡلَمُ ٱلسِّرَّ وَأَخۡفَى
Y no es necesario que alces la voz (en tus alabanzas y súplicas a tu Señor), pues Él conoce los secretos y lo que está aun más oculto[1].
1- Al-lah conoce lo que uno mismo se dice para sí y lo que piensa aunque no llegue a expresar sus pensamientos.
ٱللَّهُ لَآ إِلَٰهَ إِلَّا هُوَۖ لَهُ ٱلۡأَسۡمَآءُ ٱلۡحُسۡنَىٰ
¡(Él es) Al-lah! No existe nada ni nadie con derecho a ser adorado excepto Él. A Él pertenecen los nombres más sublimes.
وَهَلۡ أَتَىٰكَ حَدِيثُ مُوسَىٰٓ
¿Y conoces lo que le aconteció a Moisés (oh, Muhammad)?
إِذۡ رَءَا نَارٗا فَقَالَ لِأَهۡلِهِ ٱمۡكُثُوٓاْ إِنِّيٓ ءَانَسۡتُ نَارٗا لَّعَلِّيٓ ءَاتِيكُم مِّنۡهَا بِقَبَسٍ أَوۡ أَجِدُ عَلَى ٱلنَّارِ هُدٗى
Vio un fuego cuando viajaba con su familia y le dijo a esta: “Permanezcan aquí. He divisado un fuego. Puede que allí consiga alguna brasa encendida (para calentarlos) o a alguien que nos indique el camino”.
فَلَمَّآ أَتَىٰهَا نُودِيَ يَٰمُوسَىٰٓ
Y cuando llegó al lugar (de donde procedía el fuego), (una voz) lo llamó (por su nombre): “¡Moisés!,
إِنِّيٓ أَنَا۠ رَبُّكَ فَٱخۡلَعۡ نَعۡلَيۡكَ إِنَّكَ بِٱلۡوَادِ ٱلۡمُقَدَّسِ طُوٗى
Yo soy tu Señor. Y quítate las sandalias, pues estás en el valle sagrado de Tua[1].
1- El valle de Tua se encuentra en el Sinaí, aunque algunos exégetas lo ubican cerca de la frontera con Jordania, al noroeste de Arabia Saudí, concretamente en Yabal Al Laws, en la tierra de Madián.
وَأَنَا ٱخۡتَرۡتُكَ فَٱسۡتَمِعۡ لِمَا يُوحَىٰٓ
Y te he escogido a ti (de entre tu pueblo); escucha, pues, lo que te va a ser revelado.
إِنَّنِيٓ أَنَا ٱللَّهُ لَآ إِلَٰهَ إِلَّآ أَنَا۠ فَٱعۡبُدۡنِي وَأَقِمِ ٱلصَّلَوٰةَ لِذِكۡرِيٓ
Ciertamente, Yo soy Al-lah, no hay ninguna otra divinidad verdadera fuera de Mí. Adórame, pues, (solo a Mí) y cumple con la oración para glorificarme.
إِنَّ ٱلسَّاعَةَ ءَاتِيَةٌ أَكَادُ أُخۡفِيهَا لِتُجۡزَىٰ كُلُّ نَفۡسِۭ بِمَا تَسۡعَىٰ
La Hora final llegará con toda certeza. Solo Yo sé cuándo sucederá[1] para recompensar a cada ser según se haya esforzado (y haya actuado).
1- La expresión árabe enfatiza el hecho de que solamente Él conoce todo lo referente a la Hora, y que ni los profetas ni los ángeles tenían ni tienen conocimiento acerca de cuándo sucederá. De hecho, la Biblia también afirma que solo el Padre sabe cuándo tendrá lugar la Hora que está marcada por la segunda venida de Jesús: “Pero de aquel día y hora nadie sabe, ni siquiera los ángeles del cielo ni el Hijo, sino solo el Padre (Mateo 24, 36; Biblia de las Américas)”. El hecho de que Jesús —la paz de Al-lah esté con él— no tuviese ese conocimiento confirma que no era más que un Mensajero de Al-lah.
فَلَا يَصُدَّنَّكَ عَنۡهَا مَن لَّا يُؤۡمِنُ بِهَا وَٱتَّبَعَ هَوَىٰهُ فَتَرۡدَىٰ
No dejes que quienes no creen (en la Hora) y siguen sus pasiones te aparten de tu fe, pues sería tu perdición.